La “Casita de Chocolate”
Recientemente
algunos buenos amigos me compartieron las fotografías y comentarios sobre la
demolición de la conocida “Casita de Chocolate” en Bucaramanga.
Había
dolor en las notas, una parte de la memoria de infancias o juventudes se perdía
al igual de una muestra de “buena arquitectura”, la nota del diario local,
hacía remembranza a la prominencia de su constructor y su familia, con todo lo
que sus obras habían impactado en un positivo desarrollo de la ciudad, pero en
fin, no hubo manera de preservarla físicamente, nuevamente, la piqueta
demoledora del negocio inmobiliario disfrazada de progreso y desarrollo, nos
priva de este tipo de memorias.
Usualmente
estos casos se presentan porque la edificación no está protegida por una
declaratoria como Bien de Interés Cultural (BIC), bien sea porque las
instancias estatales no han realizado el proceso o porque una vez identificado,
inventariado e incluido en el listado indicativo (LICBIC), el propietario no
acepta que sea declarado.
Sin
voluntad política es realmente difícil proteger y preservar el patrimonio
cultural inmueble (Nótese que no me refiero al PCI porque se confunde en el
colectivo con el patrimonio cultural inmaterial tan de moda en estos tiempos). La
legislación existe, pero no se aplica. En el ordenamiento territorial, el
patrimonio cultural inmueble es un elemento estructurante del territorio, del
mismo nivel que el tema ambiental y sólo tiene como norma superior la
Constitución, pero para la revisión y aprobación de los POT, no se requiere
concertación patrimonial, Las normativas sobre temas a incluir en los POT,
declaratorias y manejos están ahí, muy claras precisas y detalladas, pero
¿Quién las aplica? ¿Quién vigila su correcta aplicación? Muy pocos por no decir
que nadie
Volviendo
al caso, del listado indicativo que se determinó entre los años 2010 - 2011
para Bucaramanga, pocas o ningunas declaratorias produjo; los inventarios no
han sido actualizados, los PEMP no han sido formulados y las áreas de
influencia no se han delimitado, así que en general todo lo que está cien
metros a la redonda de un BIC, está afectado y requiere al menos un concepto
favorable de Planeación Municipal para ser intervenido. ¿Se está cumpliendo?
Las
actuaciones del municipio sobre el PCI, son pocas, casi nulas. Se reconstruyó
la estación del Café Madrid, no por voluntad política sino en cumplimiento a un
mandato judicial, el LICBIC de patrimonio cultural inmueble no se ha
actualizado en debida forma y como ya se anotó anteriormente, hubo pocas o
ninguna declaratorias de ámbito municipal en estos años. Las rutas de
patrimonio que se diseñaron en el 2018 por parte del Instituto Municipal de Cultura
y Turismo de Bucaramanga no se están promocionando en debida forma y falta la señalización
de las mismas. En lo personal, me parece desacertado que el municipio haya
comprado la casa natal de Luis Carlos Galán Sarmiento (BIC de ámbito
Departamental) teniendo mayor urgencia la preservación de dos BIC de ámbito
Nacional y que también pertenecen a privados como son la Casa Natal del General
Custodio García Rovira y el Teatro Coliseo Peralta (Teatro de Corral, del cual
sólo quedan tres edificaciones en el mundo).
En
deuda están temas como la actualización del inventario, las delimitaciones de
áreas de influencia y la formulación de un par de PEMP, de igual manera lo
relacionado con los Caminos Reales
En
resumen: A la casita de Chocolate la derribaron porque no estaba protegida por
una declaratoria como BIC.